Sé ,en el fondo de mi corazón, que no lo hice queriendo y sin embargo hay está esa sensación de culpa que no me deja dormir, saber que no era mi intención me tranquiliza, pero no es suficiente. A veces duermo un par de horas del puro cansancio, pero enseguida empiezo a tener pesadillas. Justo cuando alguien empieza a creer en el amor tras años de intentos frustados compro espinas sin rosas. El día que lo hice no lo elegi y me di cuenta después de haberlo hecho de que sigo teniendo ese "don" que conocen todos los que me conocen, el de la inoportunidad. Mi baraja nunca tiene comodines ni tampoco guardo ases en la manga, con la peor mano escojo la peor jugada, inepto de la vida que no es juego de cartas.Las cartas sobre el tapete. Hasta los ciegos leen en braille los granos de mi conciencia, aunque fuese un inconsciente, el pesar de mis actos le sobran al Remordimiento, la Conciencia y la Culpa* para perseguirme.Y lo hacen. Lo hacen durante el día, durante la noche y en mis sueños. No me vale que paguen justos por inconscientes, peldaño sobre mi cabeza al que suben esos tres y a los que tengo que llevar allá adonde vaya. No paro de darle vueltas. Es como disparar a un cometa que surca mi firmamento con un arma que no sabía que tenía en mis manos y contemplar como herido cae al mar, hundiéndose poco a poco y mirándome con ojos afligidos, los mismos ojos que me sonrieron y a los que sonreí cuando lo vi pasar en mi cielo y yo no sepa cómo sacarlo del agua, cómo rescatarlo de mi disparo...Esa era una de mis pesadillas. Lo peor es despertarse y que sea esa la realidad que me golpea sin mirar, piñata golpeada por el bate de mi corazón gobernado por mis actos.
* http://elhombrebicentenario.blogspot.com/2009/09/el-remordimiento-la-conciencia-y-la.html
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