¿Quién ha sido? por Aldred Lanning

Una estrella de mar, manchada de pintura roja.

La pregunta en el aire, la pregunta en el agua.

Los labios, cortados por decisión propia, muestra de personalidad y forma de ser, abundaban en frutos rojos. El dulce del fresón y el jugo de la cereza. El olor a frambuesa. El sabor, a momento. El momento, el sabor de ese amalgama, con efecto retardado. Los besos fueron besos, el recuerdo se descompuso en recuerdos. Así, una vez el beso olía a frambuesa, otra tenía el dulce del fresón, otra me dio el color a mis labios, cereza enlabiada.¿Quién ha sido?¿Cómo fueron los besos?.

Una estrella de mar, manchada de pintura roja.

La pregunta en el aire, la pregunta en el agua.

Fdo. Un Tal Dobo Canega

La Farola Pendular

La luz oscila, según cambie la persona en su vida, como la luz de una farola que, encadenada la luz, como una horca, a un pedestal de tres metros y medio, pendula en la imperturbable noche de los monstruos. 

Luz que descubre a los fantasmas de cada uno, maquinaciones y artefactos cerebrosos cuya base es un miedo infundado, para afrontarlos de frente con nuestra verdad como espada, luz de farola pendular, machete esgrimido contra nuestros miedos.

Fdo. Un Tal Dobo Canega

La Tierra que quema, Melancolía de uno sólo.

La tierra que quema la memoria, aquella tierra que pisamos y dejamos atrás, el tiempo, enemigo acérrimo del momento, de la tensión y pulso que reverbera en el oído y transciende a lo interno, no se comprende en lo externo, transciende a la persona, no lo comprende el pensamiento, enemigo del sentimiento, el tiempo que es olvido, el olvido del momento vivido, olvido del sentimiento.

Pisadas de grandes zapatos y migas de pan me traen ese sonido, pulso que reverbera en mi cabeza y mueve recuerdos a mis ojos, a mi piel, a mi olfato, perfume exiguo de mentira y concreción, azicate superfluo de la leva, resorte alzado por magia antigua, músculos ardientes, sudor, rubor en las mejillas, reencuentros varios de vida, de vidas, remolino de confusión y nervios lanzado al pozo del profundo. Melancolía de uno sólo.

Fdo. Un Tal Dobo Canega

Las palabras de un amor

De las palabras que son, son las que vuelan.
De las que vuelan, son las que susurran.
De las que susurran, las que llegan a ser oídas.
De las oídas, las escuchadas.
De las escuchadas, las que son profundas.
De las profundas, las que pesan.
De las que pesan, las que se pueden soportar.
De las que se soportan, las que dejan huella.
De las que dejan huella, las que no hacen cicatriz.
De las que no hacen cicatriz, las que podrían haberla hecho.
De las que podrían haberla hecho, las que yo sentí.
De las que yo sentí, las que fueron tuyas.
De las que fueron tuyas y ya no lo son.
Esas.

Fdo. Un Tal Dobo Canega

Encuentros de desencuentros, cruce de miradas. VIDA

Cuando te sientes indefenso, te comen las palabras y se comen a sí mismas y ya no queda nada inteligente que salga de tu boca, tu cuerpo se estremece, convulsa por dentro y tiembla por fuera, su contacto te tranquiliza, la quieres tanto que hasta duele y se arrasan los ojos, te planteas muchas cosas. Pero se quedan en planteamientos, porque lo que sientes te inunda el cuerpo y la mente y no puedes pensar otra cosa.
La vida esta llena de matices, medias verdades y perspectivas, de futuros y de caminos. ¿Y qué? Está para vivirla.

F.H.B.

Playa, playa, playa nana

Haciendo una playa de su sonrisa...

Sé No sé Mezcla de todo o "Everything is a remix"

No sé si es el mundo que aprieta o el universo que quiere salir
una mezcla de todo
encadenado con nada
se hilvanan
mezcla de todo
angustias sollozos
Nada encadenada a mí

No sé de la vida que sigue ni el suelo que pisaré
cuantos suelos conoces
certeza de incertidumbre
se hilvanan
cuantos suelos conoces
miseria herrumbre
pensamiento oblicuo soledad


Sé Me sabe Respuesta finita
Te quiero de verdad
Huella en mi llanura
La contemplo
Nada encadenada a mí
Pensamiento oblicuo Soledad

Sé No sé Mezcla de todo

Fdo. Un Tal Dobo Canega

La mirada. Punto y aparte.

Me acuerdo bien de aquella mirada, ¿cómo olvidarla? Me acuerdo de todo. Me acuerdo de nada. Esos ojos con misterio, con enigma, con interrogante por pestaña, prendieron mi locura, sin aliento en un suspiro. Suspiro de hálito de vida. Me atraparon, me enjaularon, me volvió animal y amansó la fiera.Hilos curvados y entrecruzados formando una red que aprisiona la esencia del inocente con la esencia del inocente coqueteo de una femme fatale.Embriaguez que sugiere sin sugerir, inocente y lasciva.El tiempo se encontró agitado, por eso se paró, intemporal, la arena del reloj se le quedó también mirando.

Máxima del trovador

Si la cultura no visita, el pueblo olvida

F.H.B.

Tango en París

Todo empezó aquella noche, bailaban todos al son cubano, ellos esperaban sentados tomando una copa a que cambiaran de ritmo latino, los pies empezaron a bailar por ellos cuando sonó el tango esperado. El paso marcaba a ellos el ritmo de la conversación, y en el momento en el que más sensual se volvió este, empezó el otro baile, el de las palabras, a deslizarse por su oído…"¿ Cuándo vamos a París princesa?"  "Cuando terminemos este último tango, pero ¿seguro que no es por saber que llevo puesto?".

El tacto se afinaba con la música, música que sus piernas destilaban, era un bombón con alcohol, perdición de cuerpo, todo temblaba, salvo el paso de baile, que exigía atención especial, no era momento de pisar fuerte, sentía que todo estaba pendiente de él, y más ella, que por exigencias del guión parecía exigir sin hacerlo notar, y él tenía que darlo.

Un giro y otro, pegados, ella de espaldas a él, un susurro y una caricia de fino papel por la pierna bastaron, había acertado, ella pensaba que era una broma, los billetes de avión ante sus ojos para salir esa misma noche..."Terminemos el tango en París, ya luego me cuentas en serio que llevas puesto y como quitártelo…"

F.H.B.