Uno más uno, uno

Dos y dos dicen que es cuatro o veintidós si son chistosos.
Para mí, fueraparte de los chascarrillos ominosos de 2x1 de oferta de supermercado de barrio, uno más uno son dos, salvo cuando es uno.

Cuando eres capaz de adivinar, saber y comprender a otra persona, de tal manera que instintivamente te adelantas a ella, no en su dirección, si no en sentido figurado, cuando entiendes a otra persona con menos de una mirada, cuando por mucho que te escrute con su mirada y tú con la tuya a ella no se resuelve ni se encuentra el por qué de esa extraña conexión, cuando hay un aprecio mutuo, incluso una fascinación o admiración mutua, cuando todo ello cambia el contexto de nuestra existencia actual y la deja en un ovillo reliado de sinsentido, donde nos encontramos perdidos y te das cuenta que te encuentras en sus ojos de futuro incierto, no sabes como llamarlo, pero algo me dice que merece la pena.
Uno más uno, uno.