¡Oído cocina!

Oír, escuchar, escuchar, oír, escuchar de oídas y oír como me escuchas, las personas que oyen pero no escuchan deben escuchar más y oír menos, los que llevan mucho tiempo en esto que es la vida saben de lo que hablo, ellos escuchan, aunque cada vez oyen menos... y es que hay personas que son incapaces de procesar la información y actuar coherentemente y/o correctamente ante lo que oyen, porque no escuchan, la gente que aprecia un silencio musical es porque escucha, porque si oye no valora el silencio, no valora la música, no valora una conversación que seguramente será banal, a buen escuchador pocas palabras faltan...un buen escuchador, por lo que también sería oyente, capta la intención del hablante, y según escribió un vencedor, que también era buen escuchador- los vencedores son los que escriben la historia- lo que cuenta es la intención, y el que sea mero oyente, mero por pescado que no se entera, que aprenda a escuchar, que luego hay que repetirles las cosas o se dan de bruces con una realidad fea porque no escucharon al bueno del experimentado escuchador de la vida que es su abuela o su abuelo o su madre o su padre o tantas otras y otros.
Escuchen, serán más felices, escuchen como le escuchan, también les gustará...