Muchas eran las piedras del camino y nunca tropezé con la misma por muy grandes que fueran o fuesen o fuesen a ser, y sin embargo, durante algún tiempo se podía decir que era minero, porque no es que tropezara con una piedra, en vez de bordearla quería ir a través, a través de aquel monte... y ya hace tiempo que vi la luz y salí aunque dentro se me muriese el canario, yo seguí y lo conseguí y he aquí el resultado, con recuerdos de días en la mina, pero bañándome en un sol matinal y matutino y con tiempo para mí y los míos, disfrutando de la música de louis y duke y de vez en cuando regresando a mis clases de música clásica de mis tiernos, por que eran años para comérselos, 12 años, donde teníamos que reconocer no solo títulos de canciones clásicas, clásicas en todo su sentido, si no conocer de quienes eran, asignarle un número en el examen donde se reproducían aleatoriamente, que no era más que un trámite para que reconociera en nosotros a un oyente que es capaz de memorizar los primeros diez segundos de diez canciones, en cada examen diez nuevas, el examen sólo reflejaba eso, aunque la humilde profesora, humilde por profesional que se esfuerza y no presume de ello, nos enseñó a valorar cada pieza, haciendo incluso que considere al dodecafonismo como una buena pieza, que escucho de vez en cuando.
Ahora tengo ganas de relajarme con una canción algo especial por lo que me gusta y los años que le tengo de fidelidad como una de mis canciones favoritas, con la que soy capaz de quedarme dormido, " I wanna know what love is" de Foreigner...
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