Todo empezó aquella noche, bailaban todos al son cubano,
ellos esperaban sentados tomando una copa a que cambiaran de ritmo latino, los
pies empezaron a bailar por ellos cuando sonó el tango esperado. El paso
marcaba a ellos el ritmo de la conversación, y en el momento en el que más
sensual se volvió este, empezó el otro baile, el de las palabras, a deslizarse
por su oído…"¿
Cuándo vamos a París princesa?" "Cuando terminemos este último
tango, pero ¿seguro que no es por saber que llevo puesto?".
El tacto se afinaba con la música, música que sus piernas
destilaban, era un bombón con alcohol, perdición de cuerpo, todo temblaba,
salvo el paso de baile, que exigía atención especial, no era momento de pisar
fuerte, sentía que todo estaba pendiente de él, y más ella, que por exigencias
del guión parecía exigir sin hacerlo notar, y él tenía que darlo.
Un giro y otro, pegados, ella de espaldas a él, un susurro y
una caricia de fino papel por la pierna bastaron, había acertado, ella pensaba
que era una broma, los billetes de avión ante sus ojos para salir esa misma
noche..."Terminemos
el tango en París, ya luego me cuentas en serio que llevas puesto y como
quitártelo…"
F.H.B.
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