Mis sueños se escaparon
tras ese probador,
ojala fuese esa lencería
sin pecado concebida.
Mis deseos se escaparon
tras ese probador,
ojala la desnudase
y le ofreciera su imagen
como espejo,
reflejara sus reflejos.
Mis ideas se me fueron
tras ese probador,
desvestido el vestido,
en el suelo,
tras deslizarme en sus curvas
y llenarme de su olor
es ella la fragancia que se observa en el cielo.
Pero no quiero ni ser vestido ni etiqueta
en el suelo o mirado con reproche,
quiero ser ese espejo
al que sonríes y le muestras
lo sensual que eres,
al que le dices tras horas probándote
Este sí, me lo quedo.
No quiero ser vestido,
quiero ser el broche.
El broche se guarda siempre, aunque sea en un cajón de poca presencia...
F.H.B.
F.H.B.
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