Cuando te sientes indefenso, te comen las palabras y se comen a sí mismas y ya no queda nada inteligente que salga de tu boca, tu cuerpo se estremece, convulsa por dentro y tiembla por fuera, su contacto te tranquiliza, la quieres tanto que hasta duele y se arrasan los ojos, te planteas muchas cosas. Pero se quedan en planteamientos, porque lo que sientes te inunda el cuerpo y la mente y no puedes pensar otra cosa.
La vida esta llena de matices, medias verdades y perspectivas, de futuros y de caminos. ¿Y qué? Está para vivirla.
F.H.B.
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