Desde hace algo más de un año tenía una lata a la que le pegaba patadas en la acera, intentando que fuera en línea recta. Cuando se torcía hay estaba yo para moverme rápido a darle otra patada para enderezar y hacer que fuera por el centro de la acera.
Hoy no tengo lata con la que jugar a hacer mi vida, porque está se quedó atrapada en una ranura de la que no podía sacarla. Tus labios esta tarde sellaron esa ranura de la acera y por lo menos sé que ya no se me caerá otra lata allí donde ya perdí mi lata favorita, ni tampoco caeré yo. Gracias por todo, eres la única persona que podías consolarme. Espero poder seguir disfrutando de tu compañía y que sepas que tienes un lugar de honor en mi corazón y que siempre estaré ahí para lo que necesites. Te quiero mucho y siempre lo haré. Hasta siempre "peque".
http://www.youtube.com/watch?v=4blTswIOV9Y
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