La vivo en cada presión de aire que antecede al contacto, a notar sus pulsaciones en mis labios, en su cuello.
El aire vibra con su pulso, que se vuelve errático cuando me aproximo, se enrarece el aire y se tensiona el ambiente, como cuerdas vibrantes se enredan en mi cuerpo tirando hacia sí, con hipnótico ritmo cambiante, todo me dirige a ella.
La adrenalina que recoge su mirada ante el segundo siguiente por determinar, contra la pared su cuerpo y cinco dedos junto a su oreja izquierda. Mi cuerpo es barrera de paso, si quiere dar un paso hacia delante tendrá que besarme...