Soy un rondador de la noche de las poesías, donde la luna es mi lucero y la penumbra es la miseria. En ella me envuelvo para contemplar la luna, desde mi miseria contemplo en silencio el cambio en el cielo, cuando las estrellas, compañeras de mi luna se disuelven en su luz y en la del rojo brillar de un amanecer a tu lado que nunca llega, el sueño no me vence, ando sinuoso entre las calles de mi ciudad después del pacto con el diablo de mantenerse firmes en el cortejo a la luna donde la prosa y su contemplación son mis únicos puñales que clavo impotente en el mar angustioso de la soledad lunera que me lleva en penumbra, en miseria, a rondar por la noche de luces de farola hasta llegar con frío en mi profundo a mi solitaria cama para darle una tregua al sueño y hacerle pensar que ha ganado una batalla más.
Bohemia penumbra de silencios indescifrables pero que en la noche parecen tener cierto sentido, la magia de la noche, única compañera fiel en mis salidas se cierne sobre mí ,acosando a mi solitario vivir y agriando el humor de mi profundo, me lleva al puente para observar la nitidez de la belleza de la difusa imagen de la noche reflejada en el río, la poesía es la bufanda que me protege la garganta de la fría soledad de mis noches… mi corazón necesita ungüentos que solo la compañía de una buena persona de cabello largo y ojos con corazón podría darme, aunque alguna noche que otra escapara para reencontrarme a solas con la luna…
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